Existen
un millón y medio de razones para que este primero de mayo sea un
grito desesperado de los andaluces contra las políticas de recortes
económicos y sociales que viene sufriendo nuestra tierra por parte
del gobierno central y del gobierno andaluz. Unas políticas restrictivas
que condenan a Andalucía a más paro y a más
marginalidad.
Desde
la modificación del artículo 135 de la Constitución
pactada por el PSOE y el Partido Popular, por la que se consagra a toda
costa la estabilidad presupuestaria y se cede a la Unión Europea la
soberanía para marcar los objetivos de déficit, los sucesivos gobiernos
socialista y popular, han antepuesto los intereses de los
grandes grupos económicos y financieros a los intereses de los
trabajadores y de los emprendedores.
Las
políticas intervencionistas pactadas en el Consejo de la Unión
Europea, especialmente la política agraria común (PAC), con nuevos
recortes y nuevos criterios que favorecen a los grandes propietarios
en detrimento de las pequeñas explotaciones, en nada favorecen el futuro
de muchas comarcas de Andalucía en las que la reducción
de las ayudas las condenarán al despoblamiento, la dependencia y el
abandono de cultivos con fuerte carga social y medio ambiental.
Un
estado del bienestar en el que el Gobierno Central recorta las
asignaciones
para ayudas a la dependencia y la junta de Andalucía paraliza los nuevos
expedientes de asistencia a la dependencia, dejando sin cubrir
vacantes en centros de día y residencias de mayores, despidiendo a
personal y dejando de abonar los convenios de centros concertados, con
la
consecuente destrucción de empleo.
Este
panorama desolador se agrava casi a diario con cierres de empresas que,
al
amparo de una reforma laboral injusta, se deslocalizan de nuestra
tierra, donde han estado obteniendo ayudas públicas y beneficios
empresariales, haciendo aumentar las cifras del paro en un goteo
permanente sin que las instituciones de gobierno tomen medidas
contundentes. Frente a
esta sangría los andalucistas creemos necesario un cambio en la reforma
laboral y apostamos por el boicot a los productos de aquellas empresas
que cierren sus instalaciones en Andalucía, a pesar de ser viables.
Los
andalucistas consideramos que la política obsesiva del gobierno del
Partido Popular de reducir a toda costa el déficit público no es el
camino; Andalucía necesita un plan de empleo prioritario en
el que la inversión pública sea un motor para la creación de empleo y el
gasto público cumpla una función social.
La reciente sentencia del tribunal constitucional de Portugal es un
ejemplo claro de que en un estado social y democrático el interés de
los ciudadanos está por encima del interés de los mercados.
Las políticas populista y paternalistas auspiciadas por la Junta de
Andalucía con planes de empleo y pactos de concertación entre sindicatos y patronal sin dotación presupuestaria, no son
más que un maquillaje que denuncia una total incapacidad para la gestión de la crisis. La última ocurrencia del decreto para
garantizar las tres comidas a niños y adultos es un ejemplo de improvisación y falta de miras.
Después
de treinta años de autogobierno en Andalucía, con
una renta per cápita cercana a los 18.000 euros y con el tercer PIB de
España, tener que abrir los comedores escolares y las unidades de
día para dar de comer a niños y mayores, sólo demuestra el poco respeto
que el gobierno andaluz le tiene a las familias con
riesgo de exclusión social. En pleno siglo XXI es inadmisible que un
gobierno que maneja más de treinta mil millones de euros, no haya
establecido una Renta Social Básica para las familias con riesgo de
exclusión; una renta social que permita a los andaluces no tener que
mendigar la comida de sus hijos ni de sus padres.
El gobierno andaluz no puede dedicarse a hacerle la competencia a los Bancos de
Alimentos y a las ONGS, que de forma altruista y desinteresada llevan años ayudando a cientos de familias de forma anónima y
callada.
Finalmente,
los andalucistas proclamamos con este manifiesto que ha llegado el
momento de decir basta a las políticas del Gobierno Central y al
seguidismo del gobierno de la Junta de Andalucista y de exigir un giro
para
gobernar pensando en las personas, en los andaluces y andaluzas, que
están sosteniendo sobre sus espaldas todo el peso de la
crisis.
¡Viva Andalucía Libre!
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